Tras varias jornadas intensas, el ciclo Movistar Fri Music 2017 concluyó el sábado con un festival que incluyó a los exponentes del rap global Mos Def y Nach, Juanse, Onda Vaga y una gran cantidad de artistas alternativos.
Una tarde calurosa (pero con viento, dato no menor tras la caída del sol) congregó una buena cantidad de público en Figueroa Alcorta y Dorrego para el cierre del ciclo Movistar Fri Music 2017. Desde temprano, las propuestas de los más variados géneros dieron presente para ir moviendo una jornada muy extensa.
La Secta del Sonido, Coya y Gruta fueron los grupos elegidos para dar inicio al festival, funcionando de soundtrack perfecto para los primeros que decidieron acercarse y dar vueltas por los foodtrucks, el juego de básquet, las rampas para skate y los stands de Samsung y Movistar que ofrecían posibilidades de ganar desde comida hasta un celular. Con sets cortos pero variados, también dieron su presente las bandas finalistas del concurso Camino a Abbey Road: Las Bodas Químicas, Phonalex, La Femme D’Argent y Nidos. Igualmente, quizás la mayor cantidad de acumulación de gente en los escenarios llegó recién con Isla de Caras (de futuro inmediato en el próximo Lollapalooza) y, sobre todo, Bicicletas, el español Arce y Nico Cota.
La primera grata sorpresa fue Louta, quien desde que sacó “Sigo sin entenderte” y, sobre todo, que se presentó ante más de mil personas en el pasado Lollapalooza viene acumulando su séquito de fans. Jaime James, el hombre de 22 años detrás del seudónimo, llamó la atención de (casi) todos con su clásica vestimenta sin demasiadas pretensiones. Con Félix y la canción que da nombre a su único álbum, de comienzo generó un sinfín de climas pasando por Cuadradito de Prensado, Alto Uach (la que cantó adentro de una pelota con papelitos volando) y hasta una versión pequeña de la bolichera Papi Chulo, de Lorna, muy festejada por los presentes. Para cerrar, eligió Que bien que estoy.
Aunque hasta ese momento los horarios venían cumpliéndose, la salida del Bebe Contepomi a anunciar los ganadores de Camino a Abbey Road significó el primer y único retraso en la grilla. También, marcó la posibilidad de una pausa entre las bandas que desde las 14 no habían parado de sonar. Luego de declarar vencedora a Nidos, la historia musical siguió con el popero Juan Ingaramo, que aprovechó para repasar “Músico”, su más reciente material. Un set correcto para un músico que siempre acostumbra a acertar y dar mucha tela para cortar.
Alejándose de la temática hiphopera que vendría después, pero más cerca de la alternativa, Onda Vaga fue quien continuó. Once temas que pasearon por todos sus discos y etapas y que mantuvieron bailando al ya numeroso caudal de gente, necesario porque el frío ya comenzaba a asomar. El Estupor y No es un exceso, de su más reciente “OV IV”, fueron los pioneros de algo más de media hora de show. Dato de color: no tocaron ni Mambeado ni Te quiero, cortes que los hicieron convertirse en exponentes. Punto positivo para el cierre de su presentación con varios amagues al terminar Olviblater, Cartagena y El Experimento, la cual dio conclusión definitiva a la misma.
En la última cuota extraña a las “cabezas de cartel”, Juanse, quizás el más dispar de la tardenoche, demostró que todavía está vigente aún cuando hizo homenaje a Pappo en gran parte de su recital (incluyendo una muy buena versión de El hombre suburbano). Punto positivo para quienes acompañaron al músico, un grupo de jóvenes bien rockeros que sonó de excelente manera. Pegadito, sucedió un showcase de hip hop con algunos artistas referentes del hip hop latinoamericano como el excelente Sony Beat, Dtoke, Ecko y el colombiano Paulo Londra, bajo el ala de DJ Stuart. Como para demostrar su talento, tras hacer entre dos y tres temas cada uno, los argentinos se juntaron para hacer una demostración de freestyle muy festejada, aunque de llamativo enfrentamiento “a los europeos” teniendo en cuenta lo que se venía.
Por fin, tras tanto sonido, Nach salió a escena. El rapero alicantino, con el aviso de “no importa lo que sucedió hasta ahora, lo que importa es el ahora” no falló e hizo vibrar a casi 20 mil fanáticos expectantes de su música. Como había sucedido en Groove el año pasado (en un evento que mencionó varias veces), pasó por todas sus etapas y probó a su gente instándolos a que ante cada vez que dijera “tsunami” todos debían gritar, consigna bien representada. Bestial show de uno de los mejores artistas de habla hispana del género, con consignas como Leyenda, Mi propio cielo, la emocionante El idioma de los dioses y Llueve. Además, no hay que dejar de lado que estuvo acompañado por el brillante MC Tron Dosh y DJ Joaking, quien lo acompaña casi desde sus comienzos y que tuvo su set. Finalmente, también hubo tiempo para homenajear a sus colegas españoles y a varios argentinos con Rap Español y a cumplir demandas del público con una versión reducida de Manifiesto. No menos importante: antes de irse prometió volver en 2018 “en cualquier sala que sea”.
La frutilla del postre estuvo a cargo del rapero y actor neoyorquino Yasiin Bey, más conocido en el mundo de la música como Mos Def. Superado su retiro del año pasado, el moreno artista salió a escena con pétalos de rosas sobre el escenario, luces cuasi navideñas en la mesa de su DJ y un improvisado español. Como era de esperar, paseó a quienes se quedaron (un número apenas menor que cuando cantó el oriundo de España) por diferentes géneros tan aparentemente dispares como bossa, jazz y disco. Aún con extensas palabras entre canción y canción, fue una movida presentación de poco más de 10 temas en su primera vez en Argentina.
Así dio conclusión la historia de un nuevo Movistar Fri Music. 22 artistas, muchos géneros y una sola sintonía: mucha música. |