1. ¿Qué te inspira o motiva para seguir creando canciones y editar discos? 

El propio acto de vivir motiva la creación. Cada cual en su oficio. Me gusta la sentencia que dice “La obra es un parte de supervivencia”.

2. ¿A qué remiten la foto de portada y el título del álbum?  

La mayor parte de mi obra fue concebida de día y a centímetros del mar rochense. En la situación del Artista en Vacaciones las fuerzas de la naturaleza se manifiestan en su carácter divino, pasamos veranos en un éxtasis pagano dónde nuestros interlocutores trascendentales son el cielo, el mar, el viento, la tierra, la piedra, el sol, la luna.

Nombro en el título del disco a uno de nuestros dioses: su majestad, el cielo azul. La foto de portada la sacó mi madre en el año 85. Estoy yo de 12 años de perfil y lejos y de frente, una suerte de tío mío, Carlos Kreimer, quien es también graciosamente nombrado en una canción de Sumo. Más allá de la referencia personal, en el plano conceptual, intuyo que ese hombre es ese niño 40 años después, reflejando un tema que me ocupa la mente que es el mismo que Borges supo desplegar en el cuento El Otro.

3. Se trabajó en producción artística con Andrés Mayo y en la dirección musical con Juan "Pollo" Raffo: ¿qué le aportaron a las canciones y de qué manera consensuaron las decisiones artísticas en el estudio? 

Yo delegué completamente las decisiones en aquellos prohombres. Acaso funcioné como un supervisor o mejor dicho un aprobador. Entiendo que ambos estaban compenetrados en mis gustos y en mi ideología para que sus acciones me agraden y estimulen. Quizás no hayan estado compenetrados, pero todo lo que recibía yo de sus propuestas me parecía fabuloso.

4. ¿Qué no puede faltar en una canción de Pablo Grinjot para que sea registrada en un disco? ¿Cómo fue el proceso de selección de los temas? 

Son subjetivas las razones. Por supuesto que tengo creadas más canciones que las que publico. Hay un punto que las canciones consiguen cuando la cosa parece que cierra por todos lados. Eso es lo que me enamora de una canción, y generalmente cuando sus virtudes son sintéticas.

El proceso de selección fue en 3 pasos: le envié a Andrés Mayo un disco con 19 demos, Andrés eligió 12, luego junto a Raffo, notamos que había ciertos pares de canciones que eran familiares, y en ese caso seleccionamos una sola del par. Así quedaron 8, que me parece que es un número muy prudente para un disco hoy en día.