Tarja Turunen nació en un pequeño pueblo llamado Kitee, del país europeo Finlandia. Con formación en la música clásica, su voz tiene una tesitura de soprano lirica. Fue parte de los inicios de la banda de metal sinfónico Nightwish, durante 9 años como su vocalista principal. En el 2005, siendo expulsada del grupo por conflictos con los miembros emprendió su propia carrera solista. Hasta acá, podríamos describir a una artista extranjera con todas las letras, realizando un show internacional más, sin embargo, sucede un doble sentimiento al concurrir a uno de sus conciertos. En el 2002 se casó con el director argentino Marcelo Cabuli de Nems Enterprise y en el 2008 vino a vivir a nuestro país. Esos hechos particulares unieron aún más la conexión de su arte con nuestra nación. Tarja lanza guiños en sus recitales como hablar en español o interpretar versiones propias de canciones argentinas como “Signos” de Soda Stereo o  “Jijiji” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Además en su banda lo acompaña Julian Barret, guitarrista de varios grupos nacionales de metal, entre ellos, Asspera.   

A pesar de todo, Tarja no está completamente “argentinizada”, mantiene su brillo nórdico, en su voz y su semblante, también en gran parte de la formación de la banda y la promoción de su espectáculo, desemboca en una sensación hibrida al verla en vivo, entre lo nacional e internacional.

Con “Serene” abrió su show, y recorrió canciones como “Demons in you”, “My little Phonix”, “Falling awake”, “You and i”, “Victim of ritual”. Un momento emotivo de la noche fue la dedicación de la canción “Spirit of the sea” a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan Cantó “Nemo”, un clásico de su anterior grupo Nightwish. Tuvo un espacio para que la banda destile en un instrumental toda su destreza musical, que entre ellos, contaban con el talentoso bajista Doug Wimbish, bajista de Living Colour y también participó con artistas de la altura de Mick Jagger, Jeff Beck, Madonna, y muchos más. Cerró con “Until my last breath”. Tarja se mostró sonriente y agradecida, en un vaivén de cariño entre el público y ella.